Viaje de Placer
Por Fabián D´AmicoComedia blanca con acertada dirección y logradas interpretaciones.
Las comedias “de living” son casi tan añejas como el voudeville francés que le dio origen. Una trama simple y lineal, un solo decorado, enredos y casi siempre un “happing end”. Materia prima de todas las temporadas de teatro veraniego, estas comedias pueden tratar temas tan variopintos como infidelidades, cambios de roles, amigos dispuestos a pasar una noche divertida y chicas con escasa vestimenta en el caso de las más picarescas. Desde autores más comprometidos con el delineamiento de las situaciones o personajes (Oscar Wilde ,Bernard Shaw, Noel Coward) hasta la más comerciales firmadas por Neil Simon, Bernard Slade, Ray Cooney , nuestro país tuvo sus propios mentores como Ivo Pelay o Abel Santa Cruz que deleitaron ,en décadas pasadas, a un platea ávida de una velada de distención y risas.
Dentro del estilo de este último, se acaba de estrenar en un lugar ajeno a esta práctica como lo es el Teatro El Cubo, una ligera comedia de enredos llamada “Viaje de Placer”. Un matrimonio en plena crisis aborda un crucero para intentar salvar el matrimonio en ese viaje de placer. Un marido que se queja de la poca pasión de la mujer, la mujer que sufre por la falta de atención del marido. Un exótico pasajero será la excusa precisa que aprovecha Cristina para darle a Delgado. Este usa el mismo método haciéndole la corte a una pasajera, llamada también Cristina- cuyo objetivo es conseguir marido en la travesía. Idas y venidas, celos, pasiones que se despiertan y otras imposibles de refrenar son el condimento de esta comedia blanca y un tanto sosa.
Lo valioso de la propuesta no se encuentra en la dramaturgia de Víctor Winer sino en la dirección y las actuaciones. Tina Serrano toma estos personajes arquetípicos y los dota de recursos cercanos a la caricatura. Un exacerbado marido, una esposa chispeante- personaje que en épocas pasadas hubiera sido ideal para Lolita Torres,Beatriz Taibo o Mercedes Carreras- un introvertido pasajero y una delirante casamentera divierten a la platea con sus acciones más que con sus diálogos. Silvia Kutica, Claudio Rissi, Gonzalo Suarez, Juan Ignacio Cane y una excelente María Viau cumplen con creces sus esquemáticos aunque efectivos roles gracias a la correcta conducción de Serrano.
Con rubros técnicos acordes a los requerimientos de este tipo de producto, Viaje de placer es un entretenimiento que retrotrae a la audiencia a una manera de hacer y ver teatro “añeja” donde si bien la misión esta lograda, tiene perfume a un pasado nostalgioso y de gloria para las comedias familiares.
