No te vistas para la cena

Por Fabián D´Amico

“Pijamas”, clásica y divertida comedia de enredos con eficaz elenco.

Marc Camoletti fue, sin duda, uno de los autores franceses más prolíficos en cuanto a voudevilles del siglo pasado. Argentina, a partir la década del 60, con el estreno de Boeing-Boeing (pieza fundamental del autor y que le diera fama internacional) no fue ajena a su influencia. Muchas de sus obras se estrenaron en nuestro país, realizando sendas versiones de cada uno de sus títulos. Junto a Boeing-Boeing; Pijamas es una pieza recurrente, en especial, en la temporadas marplatenses. Desde 1986, hasta la actual temporada, cuatro versiones de esta obra se han podido ver en esta ciudad balnearia; las tres primeras en el desaparecido teatro del Hotel Provincial, y esta nueva propuesta en el teatro Enrique Carreras.

Con un mecanismo de relojería y con un armando particular que permite roles protagónicos a cada uno los integrantes de elenco, la obra es considerada un clásico entro los voudevilles. Bernardo, el marido de Susan, invita a pasar un fin de semana a su amigo Robert, en su casa de campo. La intención de Bernardo es disfrutar unos días junto a su amante Yesica, sin que su esposa sospeche nada. Para eso, le pide a su amigo Roberto que se haga pasar por el amante de Jessica. Lo que Robert no intuye que Bernardo es el amante de su esposa Susan. Eso, sumando a la llegada de una mucama de nombre Yesica, a la cual confunden por la amante del dueño de casa, desata mil y una equivocaciones, de las cuales Robert deberá salir indemne al cabo de los dos días de supuesto relax.

Plagadas de confusiones, de puertas que se abren en los momentos menos oportunos, cambios de roles, y mucho de la impronta que los actores le brinden a sus personajes; Pijamas en un divertimento que resiste al paso el tiempo, gracias al perfecto armado de situaciones que el autor impone a su obra. Posee la virtud de resistir adaptaciones, direcciones, puestas en escena y elencos de diversas extracciones.

En este nuevo acercamiento a la obra, el interés central lo despierta el elenco heterogéneo y preveniente, en su mayoría, de éxitos televisivos, el cual cumple de lograda manera, las exigencias de sus personajes.

Con uno de los papeles más agradecidos de la obra, y que ha dado más de un premio a las actrices que anteriormente lo interpretaron, Gladys Florimonte realiza una brillante composición. Sin caer en su maquietta televisa, pero dotando a su Yesica de gestos, posturas y mohines que el público ansia ver en ella, logra un trabajo que la platea festeja en cada una de sus apariciones. Junto a ella, se destaca la frescura de José María Listorti. La figura del típico argentino chanta que supo crear Listorti desde la televisión, le queda a la perfección a su Roberto, siendo verdaderamente desopilantes las escenas entre éste y Florimonte. Una sorpresa agradable es la que brinda a Paula Colombini. No solo le da glamour a su personaje, sino que pisa el escenario con seguridad y dice sus parlamentos de manera convincente, siendo éste, un auspicioso debut teatral. Chino Volpato juega su rol desde la mesura, brindando un buen soporte para el destaque de sus compañeros y de la obra. Claudia Fernández le brinda a su rol, lo que éste exige: simpatía y escultural figura.

Carlos Evaristo, conocedor del género, realiza una adaptación y dirección precisa, logrando extraer de cada uno de los actores, lo que la obra necesita y lo que el público que durante todo el año acompaño desde la televisión a sus artistas, quiere ver de ellos.

Pijama es sin duda una clásica comedia de enredos, cuyo objetivo es arrancar de la audiencia, durante 90 minutos, la mayor cantidad de risas y carcajadas posibles. Objetivo que se cumple de manera efectiva y eficaz, función a función, en el teatro Enrique Carreras de Mar del Plata.