Mamma Mia!

in Listado general
Por Fabián D´Amico

Versión fiel al original donde sobresale Marisol Otero como protagonista principal.

Desde el desembarco en los años 90 de Cats en la cartelera porteña, muchas cosas cambiaron en relación con los musicales en Argentina. El público empezó a exigir nivel en cuanto a las producciones de las comedias musicales. Ya no se podían mostrar escenografías de cartones pintados, cortinados emulando paisajes y pistas grabadas en lugar de orquesta en vivo si se quería el beneplácito de la audiencia. Desde ese entonces, los productores optaron por dos alternativas: comprar los derechos de las obras y hacer una puesta local un tanto más económica pero respetando la idea original, como fueron siempre las comedias producidas por Alejandro Romay desde la década del 60 hasta Víctor-Victoria o más acá en el tiempo Nine, Los productores, Hairspray. La otra alternativa era realizar una producción “llave en mano”.

Cats y El beso de la mujer araña inauguraron esta segunda modalidad y luego La Bella y la Bestia, Los miserables, y El Fantasma de la Opera continuaron con ese diseño de producción. Cuando se decide montar el musical se compra un paquete cerrado que incluye dirección con los respectivos directores repositores, diseño de escenografía y vestuario original que vienen acompañados de supervisores, como así también luces y demás rubros técnicos. Otra característica importante son los castings tomados por los directores extranjeros, quedando solo para la factura nacional, el elenco, la adaptación de las letras y el personal técnico que cumple funciones detrás o fuera del escenario.

“T4 fun” como productora responsable de este tipo de montaje en el Teatro Opera City presenta esta temporada Mamma Mía! que respeta a raja tabla todas los postulados antes mencionados de la “llave en mano” y es un clon exacto de las puestas que se están realizando en este momento en las grandes capitales europeas.

La pieza escrita por Catherine Johnson es solo una excusa para hilvanar los temas más conocidos de Abba que hacen el deleite de sus fanáticos y crear una simple comedia de enredos para quienes quieran ver algo más que un recital de temas musicales de la banda. La historia de una mujer que se encarga sola de la crianza de su hija en un inhóspito bar de una isla griega y que debe enfrentarse ante los tres posibles padres de la adolescente en la boda de ésta es meramente anecdótica y se puede disfrutar sin tener mayores pretensiones que la de pasar un momento agradable.

Con una puesta en escena y despliegue visual menor en relación a los antecesores musicales vistos en este teatro, la versión local de Mamma Mía! tiene pros y contras. Un sonido maravilloso, orquesta afiatada, arreglos corales precisos y una excelente adaptación de las letras son factores a destacar aunque el elemento más relevante es la actuación de Marisol Otero.

Pasados los primeros momentos de la representación y aceptando la licencia tomada por el director al bajar notoriamente la edad de la protagonista (en otras versiones el rol protagónico femenino esta a cargo de mujeres cercanas a los cincuenta años como ocurre en el film homónimo y protagonizado por Meryl Streep), la cantante se apodera del personaje ofreciendo un trabajo comprometido desde lo actoral con una escena final conmovedora donde interpreta “Va todo al ganador” y recibe un merecido aplauso cerrado de toda la sala. Un gran crecimiento como actriz para una de las mejores voces de la comedia musical argentina actual. Junto a ella, y como su hija, Paula Reca aporta frescura y excelente voz.

El problema fundamental radica en la dirección del resto del elenco. Conformando por profesionales con capacidades probadas en sendas comedias musicales, en Mamma Mia los actores y actrices no logran encontrar su papel. Tanto Silvina Tome como Gabriela Becacqua están sobreactuadas y al borde de la caricatura en roles soñados por cualquier actriz de musical y los hombres, rescatando la presencia escénica y el desempeño vocal de Germán Barceló, se muestran demasiado contenidos y esquemáticos.

La música de Abba, la simpleza de una comedia de enredos, la presencia arrolladora de Marisol Otero y las ganas de participar de una fiesta de canciones y mucho color son elementos a tener en cuenta a la hora de ver este entretenido musical.