Lo mejor de la copla

Por Fabián D´Amico

El lugar de la hispanidad dentro del mundo de las artes escénicas tuvo una sede particular: el Teatro Avenida. Luego del incendio ocurrido en el solar a fines de los 70 y su posterior recuperación tras veinte años de escombros y ruinas, el género chico español perdió su espacio en una lucha ganada por el bell canto. EL Teatro Astral fue quien dio cobijo tanto a cultores de la copla y el flamenco, como a la fiesta española llamada Por las calles de Madrid, que verano a verano se presentó en esta sala encabezada en varias oportunidades por un grande del género como lo fue Luis Aguile. Jorge Mazzini recoge durante este año parte de esa tradición y presenta su tercer espectáculo de raigambre español titulado Lo mejor de la copla.

Mazzini adopta una concepción escénica y estética tradicionalista para este tipo de antologías. Coloca sobre el escenario distintos niveles de plataformas y escaleras que dan lugar para el desplazamiento de los cantantes, el lucimiento de su colorido vestuario y a la vez otorga un espacio apropiado para los números de danza. Tónica clásica que mantiene en el armado de los cuadros musicales, con abertura por toda la compañía, pequeños recitales de cada uno de los cantantes, danzas folclóricas y el condimento especial del humor en manos de Gloria Montes y Ana Acosta.

El tono dramático, con aires gitanos de Marian Cortes; el glamour y la elegancia de María Lozano; y el acento peculiar de Cintia Reina que trae a la memoria la época de oro de La Pantoja, arman el abanico de lo mejor de la copla en las voces femeninas, con temas tan conocidos (A tu vera, Yo soy esa, Y sin embargo te quiero) que el público canta, con un tono bajo y respetuoso, desde la platea en una comunión casi mística. Pero quien se lleva todos los aplausos de la velada, en cuanto a lo musical, es Sergio Miranda. Cantante y bailarín de las principales comedias musicales en Argentina (Jorabado de Paris, Dracula, Grease, Los Miserables) realiza una excelente versión de Violetas Imperiales y se despide con ovaciones con su conmovedora interpretación de No puede ser.

El Ballet Clasico Español muestra su técnica y precisión en logrados cuadros como La Boda de Luis Alonso o la dinámica Viva Navarra. Sin desmerecer al talentoso elenco, las verdaderas estrellas de Lo mejor de la Copla son Gloria Montes y Ana Acosta. El creador del espectáculo, con muy buen tino, se aleja de los poetas españoles presentes en sus shows anteriores y apuesta al humor picaresco y revisteril en manos de estas dos comediantes de primera línea. Abre el fuego Ana Acosta quien aparece desde la platea para realizar una inspección de moralidad. Enfundada en un traje de gallega y recordando mucho a la Candida de Nini Marshall, divierte y emociona con una canción tradicional gallega la cual interpreta de forma plausible. Su segunda intervención remarca el histrionismo de Acosta al recitar La carta que Marcial le envía a Enrriqueta diciendo que la deja por otra.

Gloria Montes, con apenas 88 años, surge en escena y demuestra en apenas un par de minutos toda la picardía de años de revista porteña. Con un poema de tono lorquiano pero de contenido picaresco y una canción del mismo tinte, Montes da una lección de vida, optimismo y algo de nostalgia por los buenos tiempos de género revisteril que tan lejanos se ven desde la actualidad.

Un gran final a cargo de toda la compañía, con trajes de luces y entonando Granada, da un adecuado cierre a un dinámico espectáculo donde la mano experta de Mazzini, el cualificado elenco, y dos grandes damas del espectáculo nacional permiten acercarnos a lo mejor de la copla