La nostalgia esta de moda

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Por Fabián D´Amico

Buenas noches, muchas gracias es una efectiva comedia sobre los cómicos de antaño y los medios masivos de comunicación actuales. Lograda adaptación y acertada dirección de Lía Jelín.

El análisis del discurso que transmiten tanto el autor como la directora de Buenas noches, muchas gracias con respecto al personaje principal de la pieza, conduce a dos caminos: la nostalgia o la melancolía. Al buscar el significado de estos estados de ánimo, una definición lo resume todo: La nostalgia es una tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida.

Nunca más acertada una frase para relatar la vida de Cartucho, un cómico famoso en la década del 60, que vive en la actualidad en una pieza de una pensión decadente a la espera de un trabajo digno. Un llamado de su representante anuncia la llegada de Mauro, un joven escritor que lo ayudara a renovar su repertorio a fin de participar en el programa televisivo de mayor audiencia: “El show de Tito”. El enfrentamiento entre dos generaciones diversas, distintas maneras de ver el humor y ciertas deficiencias de afecto de ambas partes hacen imposible el trabajo común. Paralelamente, Tom y Jerry, un dúo de cómicos de poca monta que hace su rutina en un bar de escasa reputación, es tentado por el proxeneta del lugar a participar del show televisivo a cambio de la firma de un contrato poco beneficioso para los cómicos. La puja entre el dúo por la aceptación o no de las cláusulas del contrato saca a la luz las diferentes ópticas que tienen estos artistas sobre la profesión y cómo manejarse en el mundo del espectáculo, lo que hace que la pareja se disuelva

La resolución de la obra encuentra a todos los protagonistas, pasado cuatro años, en la sala de producción de “El show de Tito”, donde Cartucho y Tom esperan el momento de salir al aire y triunfar. Las vanidades, los egos y el llegar a la fama a cualquier precio del joven humorista se enfrentan a la necesidad de Cartucho por recuperar su gloria pérdida. Con un “happing end” un tanto forzado y repentino, la comedia llega a buen puerto y provoca muchas sonrisas y más de una carcajada gracias a la adaptación local y la precisa dirección.

Lo plausible de la pieza escrita por Jim Geogham con una impronta muy similar a Los reyes de la risa (The Sunshine Boys) pieza de Nei Simon pero con una pluma mucho menor, es la adaptación realizada por Fabian Stratas y Pablo Novak , quienes “aporteñaron” la obra haciéndola muy cercana a nuestros cómicos de antaño y sus recordadas rutinas, chistes y latiguillos. Mérito que aprovecha la puesta de Lia Jelín al separar los tres cuadros que forma la obra con proyecciones y fotos de Tato Bores, Dringue Farias, Alberto Olmedo y otros tantos talentos nacionales.

Una puesta por demás dinámica de Jelín y un manejo preciso de los actores permite del destaque de todo el elenco donde sobresale el comprometido trabajo de Pablo Brichta como Cartucho con un sinfín de logrados matices, quien encuentra en Tomás Fonzi un prefecto segundo en el cuadro más logrado de la pieza. La escenografía y vestuario de Julieta Ascar y la iluminación de Omar Possemato dan marco adecuado a la comedia.

Buenas noches, muchas gracias
es más que un simple saludo, es la marca registrada de este humorista que al igual que el Vermouth con papas fritas y good show de Tato Bores, marcan una época y una enunciación especial entre el artista y el público. La comedia pretende y logra reflejar en forma simple y directa ese vínculo y las dificultades que debe sortear los cómicos hoy en día para acceder los medios masivos de comunicación.