En la huerta
Por Fabián D´AmicoInteresante trama y logradas actuaciones en una nueva versión de la obra de Mariana Chaud.
En la huerta es una pieza estrenada dentro del ciclo Proyecto Manual ofrecido en el C. C. Ricardo Rojas durante el año 2011 por su autora Mariana Chaud y con las actuaciones de Moro Anghileri y William Prociuk. El año pasado se vió una nueva versión de la obra- basada en “El horticultor autosuficiente” de John Seymour,en el Espacio Callejón. En esta actual temporada se presenta la tercera versión con la variante del cambio de sexo de uno de sus protagonistas (ahora son dos hombres) y la consiguiente relación homosexual que nace entre los antagónicos seres creados por Chaud.
Un hombre de ciudad llega a una casa en el medio del campo huyendo de un suceso desafortunado. Entre el aburrimiento, el alcohol y un cuadro a medio pintar, decide hacer una huerta orgánica. El tiene el proyecto y las ideas pero necesita alguien para ejecutarlo. El jardinero encargado del lugar será el brazo ejecutor. A partir de ese momento, una relación dual entre raciocinio y pragmatismo, de las ideas académicas contra la experiencia cotidiana, entre los saberes y las capacidades, genera una tensión entre ambos que pasa al plano sexual como vía de escape para la fricción reinante o como único plano posible de igualdad –salvaje y primitivo- que no encuentran en las palabras.
Chaud crea una obra sencilla, con una dramaturgia nada pretenciosa basada en diálogos dinámicos y contundentes, donde la filosofía sobre la autosuficiencia y el autoabastecimiento que planteaba Seymour en su manual está reflejada en la pieza teatral desde una mirada ideológica pero nada moralizante. Lo plausible de la actual propuesta es no haber caído en ningún cliché tan habitual en las piezas “queer” que pululan este año por varios escenarios porteños. Los protagonistas de la pieza se atraen y rechazan, se acercan y distancian, se golpean y se besan, son hombres que se necesitan para demostrar la existencia del otro como seres política e ideológicamente distintos pero altamente simbióticos.
Una adecuada ambientación de Alicia Leloutre iluminada por Matías Sendón dan marco para el lucimiento de William Prociuk y Ezequiel Díaz guiados por Mariana Chaud en una dirección de actores precisa y sostenida por una inteligente puesta en escena donde las acciones van ganando en potencia a medida que avanza la historia.
En la huerta plantea una interesante trama de situaciones en donde el juego de poder – y de seducción-cambia de manos en forma permanentemente, con ritmo sostenido, buenas interpretaciones y un final un tanto folletinesco y discutible.
