El valor de la palabra

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Por Fabián D´Amico

Divierte y emociona la nueva versión de EL BULULU, otrora éxito del actor español José María Bilches. Gran labor de Osqui Guzmán.

Las discusiones o debates de grupos de amigos en cafés luego de ver una función teatral son cada vez más escasos. Pero cuando estos encuentros se dan, el centro de interés de los mismos radica generalmente en argumentar si la palabra sigue siendo el centro de atención en una pieza teatral o si el texto espectacular desplazo a la palabra. Palabra versus acción; puesta versus espectáculo. Repasando la actual cartelera teatral, se infiere que lo visual y multimediatico llegó a las producciones teatrales para quedarse y en ocasiones apoderarse de ellas. Es por eso que cuando un espectador habitual de teatro encuentra una obra donde se rescata del olvido el verdadero valor de la palabra dentro de la dramaturgia, se produce una comunión mágica entre el escenario y la platea que va más allá del mero espectáculo. Esto sucede en EL BULULU, obra emblemática dentro del repertorio de José María Bilches y que representa la vida de los actores de la legua, con una valija, algunos trastos y mucho para decir y entretener.

A más de veinticinco años de Bilches, el espíritu del actor volvió a rondar por los escenarios porteños cuando en julio de 2010 se repuso EL BULULU en el Teatro Nacional Cervantes. Bilches fue un actor español que llega a principios de los años 60 a nuestro país para estrenar Yerma con la dirección de Margarita Xirgu. Establecido entre nosotros, pero con un fuerte raigambre hispánico y admiración hacia los poetas del siglo de oro español, crea un espectáculo en 1975 EL BULULU. Éste lo convertiría en uno de los máximos juglares de cancionero poético hispánico, llevando a todos los rincones de Argentina la palabra de Antonio Machado, Miguel Hernández, Quevedo y Lope de Vega, en un unipersonal recordado por generaciones.

Una gira federal que ciertos espectáculos del teatro Nacional Cervantes realizaba por todo el país, da pie al desembarco de la obra en una temporada estival de teatro de Mar del Plata, más precisamente, en la sala Melany del Centro de Artes.Ahora el público porteño podrá disfrutan nuevamente de esta pieza en Timbre 4.

Si bien esta versión conserva mucho del original, la mirada de Osqui Guzmán -como actor y como autor- de dio nuevos aires al unipersonal. Relatos personales como el encuentro fortuito de Guzmán con un cassette grabado de la obra con la voz de Bilches que cambiaría para siempre su vida cuando aún era un joven estudiante, historias de sus raíces, de sus padres, y de su propia historia como persona y como actor se mezclan de manera precisa y poética con lo mejor de la poesía española como Romance de luna, luna de Federico García Lorca, A una nariz, de Quevedo, Elogio a la mujer fea, de Lope de Vega y entremesees de Miguel de Cervantes.

Los méritos de Guzmán como autor junto a Leticia González de Lellis, se potencian gracias a su excelente actuación. Osqui Guzmán tiene un dominio virtuoso tanto de su cuerpo como del humor que tiene la obra y que le exige diferentes estados de ánimo y tonos que el actor maneja de manera brillante. Guzmán dosifica su energía tanto en los momentos más emotivos como en los de pleno jolgorio y que se ven resumidos en el divertidísimo cierre donde en pocos minutos muestra la galería de personajes que compuso a lo largo de la obra.

Un trabajo actoral que honrra a la palabra internacional que designa la labor de un actor y que es la de “jugar”, sostenida por una correcta dirección de Mauricio Dayub, junto a la iluminación de Graciela Galán, música de Javier López del Carril y vestuario de Gabriela Aurora Fernández.

EL BULULU y sus creativos permiten al público que vacaciona en Mar del Plata alejarse un tanto de las atractivas luces de neón y de sus mensajes un tanto vacios, para divertirse y emocionarse con textos escritos hace varios siglos y que en manos de estos talentosos artistas tienen una vigencia asombrosa.