Caviar con Ferné (Mar del Plata)

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Por Fabián D´Amico

Excelente music hall con lo mejor de Casanovas junto al talentoso Walter Soares y un majestuoso vestuario.

Imágenes exóticas se aprecian en la pantalla sobre el escenario de la Sala Melany, antecediendo al inicio de Caviar con Ferné. Grandes producciones del cine musical en blanco y negro pero con melodías alemanas se confunden con fragmentos de Carmen Miranda y otras divas del cine internacional. Esa mezcla exótica se traslada al espectáculo mismo, con un onírico cuadro de inicio donde las plumas y los brillos azules se confunden con la desnudez de esculturales cuerpos femeninos y masculinos, portando anodinas máscaras. Estamos en presencia de una marca registrada que lleva la firma de Jean Francois Casanovas.

Pero lo valioso de esta nueva propuesta, a diferencia de anteriores presentaciones, es que lo ambiguo de sus criaturas o lo extraño de sus seres queda solo en este cuadro de presentación. Tal como indica el nombre de ese show, en la mezcla de lo “cool" del caviar con lo popular del Ferné, este último es quien triunfa y se apodera de la obra.

Una sucesión frenética de cuadros musicales -utilizando la consabida técnica del playback - con una selección musical ecléctica forman la base de show. Un prodigioso mecanismo de relojería, del cual solo se aprecia el resultado final sobre el escenario, se pone en marcha al levantarse el telón. Ritmo sostenido, cambios continuos y constantes de pelucas, zapatos y vestuario, minucioso maquillaje que se adapta a distintos personajes, un oficio ensayado al extremo y mucho humor, son los condimentos para el disfrute de la platea que no deja de sorprenderse con la magia que generan estos artistas.

Un dinámico cuadro que evoca a 42 nd street donde la compañía demuestra sus dotes de bailarines en una frenética coreografía, da paso a una desopilante transmisición radiofónica en Puerto Rico en los años 50 con bellas cantantes y apasionados chansoniers. Sensuales performances al son de conocidos boleros o exóticas danzas con musculosos bailarines, se mezclan con cuadros de fono mímica donde señoras de alta sociedad conviven con seres marginados o aquellos que reviven los antológicos diálogos de Isabel Sarli en las películas de Armando Bo. Fornidos caballeros con vestidos ceñidos y altos pelucones, montados en tacos de más de 20cm - quienes deberían darle clases a muchas primeras vedettes sobre como caminar sobre ellos-comparten escenario con bellas y delicadas mujeres en uno de los momentos más aplaudidos de la noche como lo es el cuadro de las Divas.

Una combinación perfecta entre la depurada técnica y la visión tan particular de Casanovas a la hora de dirigir sus espectáculos, con la efectividad escénica de Walter Soares al momento de poner la cuota de humor-desopilante su cuadro español-. Pero la excelencia del dúo y del elenco que lo acompaña se potencia con la verdadera vedette de Caviar con Ferné: el vestuario.

Diseño de calidad, suntuosos y variados materiales y un elevado costo de inversión, el vestuario de este espectáculo está a la par de los cabarets de lujo de cualquier ciudad europea o de Las Vegas.

Caviar con Ferné muestra lo mejor de la creación de Casanovas durante más de 30 años en nuestro país, junto al talento de Soares, un dúctil elenco y una producción, dentro del género, digna de las primeras capitales del espectáculo a nivel mundial.