Bien Argentino!
Por Fabián D´Amico“Tanguito mio” ofrece un disfrutable sainete musical infantil con notable producción y prestigioso elenco.
Un género teatral está muerto cuando deja de circular socialmente en forma masiva durante mucho tiempo. Un caso típico es el sainete, originario de la dramaturgia nacional y cuyos inicios se remontan a la corriente inmigratoria vivida en nuestro país al comienzo del siglo pasado. Una manera autóctona de retratar la convivencia dentro de un mismo ámbito de distintas nacionalidades, con su idiosincrasia, sus creencias y su folclore tan colorido y personal. Un estilo de teatro que habilitaba la inclusión de cuadros musicales en los que se han estrenado los tangos más emblemáticos del cancionero popular.
El Teatro Nacional Cervantes se encarga-como en la presente temporada- de rescatar al sainete del olvido. Pero lo encomiable es tomar este género y transponerlo en formato musical al teatro infantil dentro del circuito comercial, como es el caso de Tanguito Mío en el Teatro Maipo.
Respetando a rajatabla las características del sainete, el autor presenta una historia llena de humor y algo de nostalgia. Un viejo conventillo se pone a la venta .El encargado de la operación le consulta a su abuelo- el dueño de lugar- que cosas quiere rescatar antes de entregar las llaves. La entrada del joven al sitio reaviva viejos fantasmas y cientos de aviones de papel guardados en una caja que desencadenan la historia a contar.
El típico patio del conventillo vuelve a cobrar vida con el porteño administrador del lugar junto a su galante y enamoradizo hijo; el italiano panadero que llega al país con a su bella hija para “hacerse la América”, el turco predispuesto a sacar ventaja de todos los negocios posibles y explotar a su hijo canillita, la rusa y su adorada criatura perdidamente enamorada del porteñito. Un robo, un acusado que es inocente, historias de amores truncos y un final feliz son los núcleos centrales de la propuesta, con una dramaturgia que apela a frases conocidas de tangos y canciones conocidas que divierten de los adultos y melodías pegadizas que atrapan a la audiencia menuda.
Gastón Marioni apela a una puesta ágil y dinámica, con una generosa producción que utiliza todos los recursos técnicos que dispone el Maipo como hace tiempo que no se aprecia en esa sala y con un elenco de lujo para dar vida a los queribles seres de Tanguito Mio.
Fernando Dente es el protagonista exclusivo y excluyente de esta propuesta quien brinda una actuación brillante, regresando al musical-luego de dos criaturas tortuosas y de concepción similar como las de Tango Feroz y Casi Normales- en todo su esplendor como actor, cantante y bailarín. La frescura de Agustina Vera acompaña bien a Dente como su joven pareja pero es Vanesa Buttera, quien descolla como actriz y cantante, convirtiéndose en la verdadera protagonista femenina de la obra. Roles destacado como el de Luciano Guglielmino en la piel del panadero y una lograda creación de Juan Pablo Pereira como el padre del joven porteño conviven en un elenco homogéneo con grandes nombres de la comedia musical vernácula.
Con música original de Tato Finocchi interpretada en vivo por Hernán Motorra- personaje más de la obra-Tanguito Mío denota el esfuerzo de creativos nacionales para ofrecer a la audiencia infantil productos entretenidos con excelencia artística.
