Cabaret

Por Carlos Fernández

Informe especial sobre este clásico musical de Broadway.

Estreno: 20 de Noviembre de 1966 en el Teatro Broadhurts, New York
Representaciones: 1165
La idea de adaptar la obra “I Am a Camera” de Jhonn Van Druten para la escena del musical había estado flotando durante años, con varias versiones propuestas para Gwen Verdon y Tammy Grimes. En 1964 Harold Prince y David Black estaban independientemente negociando los derechos (que involucraban a los herederos de Van Druten y a Christopher Isherwood, sobre cuyos cuentos cortos recolectados en “Berlin Stories” la obra teatral estaba basada). Black convenció a Sandy Wilson (“The Boyfriend”) de escribir la partitura y el libreto para su planeada producción, para la cual esperaba conseguir a Julie Andrews para interpretar a Sally Bowles. Pero Prince pudo asegurarse los derechos, y contrató a Joe Masteroff para escribir el libreto y a John Kander y Fred Ebb para la partitura del espectáculo.
Aunque el trabajo proseguía, Prince sentía que necesitaba un concepto de dirección más fuerte antes de llegar más lejos; quería que el público estuviera consciente de los paralelismos entre el Berlín de los años treinta y los Estados Unidos de los sesenta, y sabía que quería algo más que una serie de escenas naturalistas contando la historia del Clifford Bradshaw llegando a Berlín y encontrando a Sally Bowles. En un paréntesis en su trabajo en CABARET produjo “It´s a Bird, It’s a plane, It’s Superman” y viajó a Moscú, donde a sugerencia de Boris Aronson asistió a una producción del Teatro Taganka. Allí fue estimulado por los dispositivos técnicos de Taganka, algunos de los cuales adaptó con Aronson para CABARET, incluyendo cortinas de luz y cortinas de terciopelo negro que podían funcionar como telón de fondo, de escenografía o en escenas actuadas en el vacío. Este fue el primer trabajo de Aronson y Prince juntos como diseñador y director, y el trabajo del diseñador influenció fuertemente la dirección del espectáculo (como el de todas sus futuras colaboraciones). En el momento en que el público entraba al teatro y encontraba un espejo curvo inclinado hacia la audiencia, reflejándoles su propia imagen distorsionada, se daban cuenta que estaban allí para algo diferente; o al menos en parte diferente.
Las escenas en el Kit Kat Club, con Joel Grey como el repugnante fascinante maestro de ceremonias ( un personaje basado en un auténtico maestro de ceremonias que Prince había visto en Alemania) que comentaba la acción y proveía la mayoría de de los momentos excitantes del espectáculo. Era el argumento en sí mismo el que tenía problemas en desarrollarse; Lotte Lenya y Jack Guilford tenían la experiencia suficiente para brindarles encanto a sus escenas (y Lenya agregaba un sello de autenticidad a sus actos), pero para el momento en que lo demás fue agregado, no quedaba demasiado para Rally Bowles y Clifford Bradshw. Hill Haworth se quedó con la parte del león de las críticas, pero era cuestionable que alguien pudiera haber hecho mucho más en ese papel. Kander y Ebb habían tratado de promover a Liza Minnelli para el papel, quien, por supuesto, interpretó la película, pero Prince creyó que ella nunca podría haber interpretado una británica, y que cantaba demasiado bien.
El estreno en Nueva York fue un éxito, y un triunfo para Grey y Lenya, quien a los sesenta y ocho años estaba encantada de comenzar una nueva carrera más allá de ser la viudad de Kurt Weill. Que un musical con tantos aspectos desagradables como CABARET ofrecía pudiera convertirse en un gran éxito en Broadway mostraba que el público teatral estaba listo para aceptar un teatro musical más audaz del que se hubiese pensado sólo unos años antes. Harold Prince se encaminaba ahora en una nueva dirección.
Alegando ser un derivado de ambos “Berin Stories” de Christopher Isherwood y la dramatización de 1951 de Jhon Van Druten, “I Am a Camera”, CABARET convirtió un barato nightclub de Berlín en una metáfora de un mundo decadente de la Alemania de la era pre-Hitleriana, con los números musicales del lugar usados como comentarios de las situaciones del argumento.

En el Kit Kat Club, donde el afeminado Maestro de Ceremonias (Joel Grey) invita a todos con un “Willkommen, bienvenue, welcome”, la atracción estelar es la hedonista expatriada británica Sally Bowles (Jill Haworth), quien también atrae a los clientes con su propia canción de sirena: “Come to the cabaret, old chum”. Las historias principales se desarrollan en torno a la breve relación de Sally con Clifford Bradshw (Bert Convy) un escritor norteamericano, y el romance más trágico entre Fraulein Scheider (Lotte Lenya), una casera pragmática y su pretendiente judío Herr Schultz (Jack Guilford).
La fluida dirección de Harold Prince ayudaba a recrear la atmósfera de un mundo en decadencia. Fue su idea la de agregar un Maestro de Ceremonias como un símbolo unificador. Las canciones de John Kander y Fred Ebb deliberadamente recordaban a Kurt Weill, y las escenografías de Boris Aronson recordaban las pinturas de George Grosz.
Durante su temporada en Broadway. Jill Haworth fue reemplazada por Anita Gillette, Melissa Hart y Tandy Cronyn. Para la compañía en gira, que duró un año y siete meses, los protagonistas fueron Melissa Hart, Leo Fuchs (Schultz), Gene Rupert (Clifford), Signe Hasso (Fraulein) y Robert Salvio (MC). LA versión cinematográfica retuvo a Joel Grey (quien también estelarizó la reposición de 1987 en Broadway), pero agregó a Liza Minnelli, Michel York, Marisa Berenson y un nuevo argumento.
Pocas producciones de Broadway han sido alguna vez recreadas en semejantes términos puramente cinematográficos como CABARET. Al adaptar el trabajo, la guionista Jay Presson Allen, asistida por el extrañamente acreditado como “asesor de investigación” Hugh Wheeler, no sólo basó el guión en el libreto del musical de Broadway de Joe Masteroff, sino que fue hacia atrás a las fuentes del musical: “Berlin Stories” de Christopher Isherwood y la adaptación teatral de John Van Druten de 1951 “I Am a Camera”, que fue transferida a la pantalla cuatro años después con Julie Harris y Laurence Harvey.
Las diferencias entre la escena y la pantalla incluyen la eliminación del frutero judío Schultz, la abreviación de la importancia de la casera berlinesa, y la adicción de dos personajes que aparecían solo en el libro y en la obra teatral: una adinerada muchacha judía (Marisa Berenson) y su pretendiente sin un centavo (Fritz Wepper). La película también agrega un personaje completamente nuevo, el oleaginoso aristócrata bisexual (Helmut Griem), y las nacionalidades de los dos personajes principales se intercambiaron. LA hedonista pero vulnerable Sally Bowles, que había sido inglesa, es ahora norteamericana interpretada por Liza Minnelli (anotándose un triunfo en su primer musical cinematográfico desde su aparición como un bebé en “In the Good Old Summertime”), y el escritor norteamericano Clifford Bradshw es ahora el inglés Briah Roberts (Michel York).
Joel Grey, en un personaje creado para el musical de Broadway, reapareció en la película como el afeminado Maestro de Ceremonias del Kit Kat Club, un extravagante cabaret berlinés donde Salí es la cantante principal y cuyos números musicales se vuelven una metáfora anterior a que Hitler suba al poder.
De las quince canciones de John Kander y Fred Ebb se mantuvieron seis en la versión cinematográfica. Se agregaron “Mein Herr” (que reemplazó a “Don’t tell Mama” y que fue escenificada de una forma que recuerda a Marlene Dietrich en “El Ángel Azul”) , “May be this time” (una canción sido escrita originalmente para Liza Minelli en 1963) y “Money, money” (reemplazando “The Money Song” pero usando la misma música que la eliminada “Telephone Song”).
Aún más que en la producción teatral los números musicales fueron limitados al escenario del nightclub, con sólo “Hieraten” (“Married”) y “Tomorow belongs to me” interpretados en otros escenarios. EL crédito del poder totalizador de la película pertenece a la audaz e imaginativa dirección de Bob Foie cuyo uso del montaje paralelo fue particularmente efectivo (como el número de las bofetadas en el escenario del nightclub contrastado con la paliza de un hombre afuera en la calle).
CABARET se ubicó sexto entre las recaudaciones en USA entre todos los musicales en la década del setenta.

La película ganó los siguientes premios OSCAR: Director (Bob Foose), Actriz Principal (Liza Minnelli), Actor de Reparto (Joel Grey), Fotografía, Montaje, Sonido, Adaptación Musical y Decorados. Y obtuvo las siguientes nominaciones al mismo premio: Película y Guión Adaptado.