Una estética del lugar común

Por Silvia Sánchez

Con un repertorio tradicional – que va desde Bésame mucho, pasando por Noche de Ronda hasta llegar a Noelia- Los Amados además de provocar risa, suenan bien

Con un recorrido que ya lleva largo tiempo, Los Amados se han convertido en un caso curioso: a pesar de lo reiterativo de sus propuestas, el público los sigue con una religiosidad un tanto asombrosa. Ahora están presentando Besitos de Coco –su último espectáculo- en un teatro de la zona de Palermo. En un lugar ideal -lleno de mesitas en donde copetear o comer ricas picadas- el grupo da rienda suelta a la estética que los ha caracterizado: aquella que enarbola a la parodia como estrategia para la risa. ¿Qué significa esto? Que -en este caso- los personajes y los ritmos centroamericanos -con sus clisés y sus lugares comunes- se hacen presentes en un registro similar al original, pero de manera exagerada.
Simulando ser un grupo de músicos que están de gira, el espectáculo se desarrolla fundamentalmente a base de canciones y breves acotaciones del cantante del grupo. Centroamericanos ellos, los nombres de los integrantes de la banda dan prueba de la estética de Los Amados: Cristino Alberó, Tito, Angelito, Raquelita, Pachuolo y el líder, Alejandro “Chino” Amado -de rutilante jopo- todos exagerados en sus vestimentas y sus tonos de decir (desde la entonación hasta el contenido de lo que dicen). Con un repertorio tradicional – que va desde Bésame mucho, pasando por Noche de Ronda hasta llegar a Noelia- Los Amados además de provocar risa, suenan bien.
La curiosidad de todo esto reside en que, aquel que haya visto ya otros espectáculos del grupo –como era el público presente- no encontrará nada nuevo aquí y aún así, reirá. Tal vez sea ”el placer de lo conocido”, la tranquilidad de saber que uno encuentra lo que va a buscar. La previsibilidad (por ejemplo el personaje que todo el tiempo interrumpe al Chino con acotaciones, exactamente el mismo recurso que en su anterior espectáculo) no parece restarle -según el publico- méritos a la propuesta, la cual con algunos altibajos logra su cometido: un buen rato de diversión y un final a puro baile y sabor.