Sexteto Mayor y María Graña

Por Fabián D´Amico

Decir que todo está escrito, visto o escuchado dentro del mundo del espectáculo es un sinsentido. Siempre se encuentran expresiones nuevas, interpretes innovadores, músicos vanguardistas. Cualidades que poco y nada tiene que ver con la juventud o la rebeldía, sino con el talento, la experiencia y el inconformismo en cuanto a descansar sobre los lauros obtenidos. La presentación de María Graña junto con el Sexteto Mayor en la sala Piazzolla del Teatro Auditórium de Mar del Plata corrobora todo esto. Una cantante de trayectoria y un grupo musical de fama mundial que no se conforman con lo conocido y que buscan recrear clásicos del cancionero popular argentino.

El Sexteto Mayor creado en 1973 por los bandoneonistas José "Pepe" Libertella y Luis Stazo, está compuesto por dos bandoneones, dos violines, piano y contrabajo, y dirigido en la actualidad por Walter Ríos, uno de los bandoneonistas del grupo. La formación presentó en esta visita a la ciudad de Mar del Plata un repertorio variado y de prestigiosos autores compuesto por tangos instrumentales que cuentan con incomparables arreglos musicales, muchos de ellos creados por Cristian Zarate.

Junto al Sexteto, María Graña demostró que el tiempo madura a una intérprete y que la naturaleza privilegia a ciertas personas con dones de eterna juventud. Graña logra con “Uno”, tango canción de Mariano Mores en una espléndida versión de Cristian Zarate, emocionar a la platea con un tango conocido por todos pero desde una versión e interpretación totalmente innovadora y con la voz de la cantante que no conoce el paso del tiempo. El destaque individual de cada uno de los integrantes de la formación musical tuvo lugar luego de otro tema cantado por María Graña, destacándose la participación de Eduardo Walczak en “Pasión y Tango”, y Mario Abramovich en “Oblibion”; ambos violinistas e integrantes fundadores del grupo.

El último bloque del espectáculo se vio coronando con ejecuciones magistrales de tangos instrumentales de Piazzolla donde la introducción al piano de Zarate en el “Adiós Nonino” fue reconocida con aplausos de la platea. El retorno de María Graña al escenario con sus clásicos como “Caserón de Tejas” y “Canción desesperada” marcó el cierre de una breve pero brillante actuación de la cantante, para dejar lugar al cierre a toda orquesta con temas programados y bises reclamados de una audiencia enfervorizada por el talento de los músicos.

Una noche de prestigio para la Sala Astor Piazzolla, donde una manera innovadora de revisar, ejecutar y sentir nuestra música ciudadana extasió a la platea que agradeció de pie y con sostenidas ovaciones, la presencia del Sexteto Mayor junto a María Graña en la ciudad Feliz.