No hay muchas Valerias dando vueltas.

Por Silvia Sánchez

Entrevista a Ivanna Rossi, Natalia Cociuffo y Dan Breitman.

El camarín que comparten Ivanna Rossi y Natalia Cociuffo, destila un aroma femenino imposible de ocultar. Junto a Dan Breitman, Hernán Piquín y un cuerpo de baile que ha desatado excelentes críticas en los medios, están haciendo Ella, un tributo a las canciones de Rafaella Carrá.

- La idea de todo esto nació en Milano, estábamos de gira con Mina y recuerdo que en una cena, uno de los productores le preguntó a Valeria (Ambrosio) cual sería la próxima cantante a homenajear… se empezaron a tirar miles de nombres en la mesa hasta que quedó el de Rafaella, cuenta Dan.

El razonamiento del productor visionario era bastante lógico: si con el musical Mina…che que cosa sei? Ambrosio había arrasado con todo lo que había, con Rafaella -mucho más popular que la cantante Mina- la cosa no podía fallar.

Y así fue. Ella, se estrenó en el teatro Lola Membrives por ocho únicas semanas pero la cosa no termina allí: ahora vienen giras, una película y hasta un disco. Como para empezar.

- Es muy fuerte, dice Natalia mientras pinta sus uñas de rojo. La verdad es que la de Valeria es toda una apuesta porque ella podría haber armado un espectáculo con figuras para estar en la calle Corrientes y sin embargo, apostó a nosotros que no somos conocidos…

Más que agradecidos con la directora, además de ser amigos, Ivanna, Natalia y Dan tienen un recorrido artístico similar. Compartieron espectáculos (Desconcierto de musicales,, Zoo-ilógico) y cuando fueron por rutas diferentes, algo siempre apareció para unirlos nuevamente.

- Los tres crecimos juntos, dice Ivanna con su look Rafaella y una energía imposible de agotarse, hay mucha química entre nosotros y eso la gente lo ve. Esto es un empujón muy importante para nuestras carreras, protagonizar en la calle Corrientes sin ser figura es mérito de Valeria… pero de nosotros también, agrega.

Pese a las muy buenas críticas que todos los medios gráficos hicieron del espectáculo y de sus respectivos trabajos, pese a haber almorzado con Mirtha y haber estado en el living de Susana, los tres conservan algo de “sueño” intacto.

- La gente me dice que es un trabajo, explica Dan, y yo ya lo sé; pero cuando veo mi nombre en el cartel de la puerta siento que es un sueño y estoy seguro que aunque tenga mil años, esa sensación jamás me va a abandonar.

Es que para Ivanna, Natalia y Dan, haber llegado implica seguir. - No nos creemos nada, seguimos trabajando duro, afirma Ivanna.

- Sí, y está bueno que nos vaya bien a nosotros porque es una reivindicación al concepto de laburo que defendemos y que no tiene nada que ver con lo que hoy prima en el medio: las figuritas que llenan teatros a fuerza de escándalos. No está bueno… eso no me gusta, dice muy seriamente Dan.

- No hay tantas Valerias dando vueltas, agrega Natalia como para no dejar dudas del agradecimiento que tienen con la directora. - Está buenísimo trabajar así, con tanta libertad. A veces improvisamos, metemos cosas y cuando algo no va, siempre la sugerencia viene desde un lugar copado, agrega.

Están enamoradísimos de la obra aunque (por una cuestión generacional) poco sabían de la popular diva italiana. -En al época del furor éramos chicos, la verdad es que no tuvimos mucha relación con Rafaella, afirman.

Sin embargo, desde que nació el proyecto y durante los dos meses de ensayos, los tres no pararon de estudiar los movimientos, las coreografías y la cabeza movediza de la rubia; todo lo que hacía al estilo de Rafaella y que para Dan, conlleva algo de mito.

- Ella no es una imitación del universo de Rafaella sino una creación, dice Natalia. - La idea no es copiar sino buscarle otra vuelta al asunto, igual con los fanáticos todo más que bien, les gusta, agrega.

Por primera vez, Ivanna la contradice: - Es que no es un espectáculo para fanáticos, las canciones de Rafaella son una excusa para contar una historia. Por eso hay números caprichosos, hay versiones muy distintas a las originales y hasta hay cuadros que se van a cualquier lado, que tienen una historia propia más allá del hilo conductor.

Dicen que lo que más disfrutan es el final a trío, que al principio tuvieron una crisis con el vestuario pero que ya pasó, que están agradecidísimas a Ricardo porque las peinó como Rafaella y se ven lindas, que no paran de disfrutar cada noche como si fuera la del estreno.
Y arriba del escenario o dentro de ese camarín, es imposible no notarlo.

Fotos: Lisandro Scherbacoff