Hoy, como ayer, DIVAS

Por Fabián D´Amico

Dinámica versión de la comedia de Kirkwood, con excelentes actuaciones.

Javier Faroni, uno de los productores más fuertes de las últimas temporadas marplatenses, tiene como moda o costumbre, la de reponer comedias exitosas en décadas pasadas. El año pasado fue Mamá, en esta ocasión es “Divas”.

Con el título original de Legends, y estrenada en nuestro país, hace más de 20 años en el teatro Astral de Mar del Plata con el nombre de “Chispas”, la obra de Kirkwood regresa a los escenarios con la particularidad de estar protagonizada por quien lo hizo en la anterior versión: Thelma Biral.

Los años pasados no pesan sobre la trama de la pieza, ya que al público le interesa meterse en la vida de sus artistas, y espiar sus problemas, vicios y algunas virtudes. Mucho de eso, tiene Divas en su planteo. Dos actrices famosas en otros tiempos, pero en franca decadencia económica, necesitan imperiosamente trabajar. Un productor de teatro decide ofrecerles un trabajo, compartiendo escenario. Una labor casi titánica ya que las actrices se odian mutuamente. Mediante engaños y falsas promesas, se logra concretar una reunión en la casa de una de ellas. Es en este encuentro donde se desarrolla lo más interesante y jugoso de esta pieza. Falsos lujos, viejos rencores, heridas no cerradas, y un mutuo odio que se materializa en violencia física, son parte de lo que se vivencia en esa reunión. Lo interesante de la pieza es la postura del autor ante sus criaturas, ya que cada tragedia o dolor está tamizado a través de un humor ácido, plagado de ironía, lo cual impide que los momentos más trágicos no sean tal y se transformen en situaciones reideras, propias de una comedia dramática, muy lindante al género de la comedia brillante.

A diferencia de la puesta anterior, en donde Carlos Muñoz había optado por profundizar el costado dramático de la pieza, José María Paolantonio, en esta versión, elige el lado más festivo (y algo superficial) de la obra, ofreciendo una puesta muy ágil y brillante, ritmo que se traslada a la marcación de los actores.

Es en las actuaciones en donde Divas toma alto vuelo y hace del espectáculo, digno de ser visto y disfrutado. Thelma Biral demuestra una vez más, su ductilidad para encarar todo tipo de proyectos. En esta ocasión, apela a sus recursos de comediante, dotando su desesperada y conflictuada actriz, de infinidad de matices, capaz de provocar en una misma escena, carcajadas y emoción a la vez. Un trabajo que Biral realiza con un alto grado de compromiso y entrega, cualidades que la actriz aplica a cada uno de sus trabajos. Junto a ella, una correcta María del Carmen Valenzuela, con un excelente desempeño físico, hace muy querible y simpática a su criatura. Entre las actrices, hay muy buena conjunción y llegada, logrando ambas potenciar los momentos delirantes de la pieza, arrancando carcajadas del público que agradecen con aplausos a telón abierto.

Un axioma del teatro se cumple en esta pieza, que dice que “no hay papeles pequeños para grandes actores”: Monica Villa y Roberto Catarineu, ofrecen verdaderas creaciones desde sus papeles secundarios. Cada entrada de Villa a escena, o cada cortina que realiza Catarineu, son verdaderos deleites, llegando en ocasiones a eclipsar a las verdaderas protagonistas, quedándose en varias oportunidades, con la atención plena de la audiencia.

La correcta escenografia de Feijoo, el vistoso y funcional vestuario de Mercedes Colombo y las siempre efectivas luces de Roberto Traferri, dan un marco señorial al desarrollo de la comedia.

Una comedia fina y plagada de ironía, brillantes actuaciones y un marco técnico adecuado, hace que estas Divas, sean perdurables y muy queribles. Una opción de diversión y buen gusto, para la actual temporada marplatense