Grietas, sombras del camino

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Por Fabián D´Amico

Teatro danza con un discurso teatral interesante donde se conjuga la danza y la acrobacia en dosis equilibradas.

El tarjeteo mano a mano o colocado en alguna mesa a la entrada de un teatro alternativo es una de las nuevas maneras de contacto entre las propuestas independientes y el público. Muchas veces ese primer acercamiento genera intriga por la oferta y en otras desconcierta por los paratextos que anclan el producto en lenguajes innovadores y tal vez desconocidos. Algo así ocurre con Grietas, sombras del camino, anunciado como teatro físico y circo cuando en realidad es mucho más que ese subgénero y lenguaje específico.

El ingreso al Galpón Multiespacio ya anticipa la experiencia sensorial que genera la pieza. Fotos fijas de la obra, proyecciones, agradables aromas y música ambiental aleja al público de la vorágine diaria y lo prepara mental y espiritualmente para entrar vivir 45 minutos de intensidad emocional, destreza física y un lenguaje artístico complejo y personal.

Entrar a la sala no es tarea fácil y remonta en cierta manera a la Menesunda de Marta Minujín. Un entramando de hilos emulando una telaraña se debe sortear para contactarse con cuatro cuerpos que yacen en el suelo realizando movimientos reptilineos como criaturas amorfas que buscan dar a luz. Cuando la forma va ganando espacio en el escenario, los cuerpos se mueven, avanzan hacia un camino solo definido por una intensa luz pero la fuerza que genera la masa de cuerpos restantes impide que ninguno en particular tenga éxito. Una lucha constante, una competencia feroz para llegar a ese destino incierto pero anhelado en donde golpes, caídas, tropiezos y nuevos comienzos marcan ese sendero plagado de grietas.

Un devenir no solo terrestre sino con ansias de emprender vuelo y sortear el camino a través del aire, con arriesgadas y poéticas danzas aéreas con el uso de telas, recurso circense pero con fuerte arraigo dentro del actual teatro danza. Cuando ni la tierra ni el aire son suficientes para llegar a ese destino, las palabras entran en juego con una fuerza y potencia cercanas a un manifiesto artístico.

Un espectáculo pensado para hacer pensar y reflexionar sobre el sentido de un fin común como sociedad y las grietas que se abren entre las personas cuando el deseo de uno es más potente que el bienestar social.

El espectáculo-con una duración precisa- genera una continua empatía dado al contacto casi inmediato y permanente con los bailarines con los cuales se comparte la respiración, la agitación, el sudor y el talento que emana del conjunto en donde cada uno de los cuatro tiene su destaque pero lo loable es el equilibrio energético del conjunto.

Excelente técnica de danza y acrobacia, arduo ensayo y amor por lo que propone la agrupación (Rosario Caivano, Mercedes Mintz, Rodrigo Garro y Facundo Pennesi) augura un futuro promisorio a los frenético y talentosos creadores de Grietas.