El ocaso de una diva

Por Silvia Sánchez

Cuando María Concepción Cesar aparece en lo alto de la escalera en Interviú, el público la aplaude rabiosamente.

Era de esperar: cuando María Concepción Cesar aparece en lo alto de la escalera y hace su primera aparición en Interviú, el público la aplaude rabiosamente, gesto que solía ser frecuente al ir al teatro y al ver en carne y hueso a las estrellas, hasta entonces adoradas con la mediación de una pantalla.

Escrita por Mario Diament, la pieza se hamaca en un vaivén constante entre la realidad teatral y la realidad propiamente dicha. Es que Interviú retrata la vida de una diva del cine argentino ya retirada (Valeria Durán) y a la vez, se nutre del protagónico de María Concepción Cesar, actriz emblemática del cine dorado y las telenovelas, y dueñas de las piernas más lindas “del ambiente”.

Hay gente que descubre el amor en lugares extraños, yo me enamoré de usted en el cine Rivoli, dice el personaje del periodista (interpretado por Esteban Prol) fascinado ante la figura de esa mujer que ahora se le presenta “de verdad” ante sus ojos. La pieza de Diament, más allá de los vericuetos narrativos ocasionados por un episodio policial, es un homenaje a las estrellas consagradas en mito, o como el propio autor advierte, una obstinada exploración del mismo. Y también es una búsqueda estética acerca de la verdad, la mentira y el engaño; porque el personaje de Prol viene a “desnudar” la verdadera vida de la diva en cuestión y como en un juego de cajas chinas, las verdades se tornan efímeras y resbaladizas. Y un agregado más: Prol es un periodista llamado Diego Goldstein, personaje que aporta elementos para la reflexión acerca del rol y los límites del periodismo.

En un ambiente poblado de imágenes de la diva retirada, María Concepción Cesar lleva las riendas de un abundante texto con naturalidad y soltura, barriendo las fronteras entre la ficción y la realidad a lo largo de una hora y media, y haciendo propia cada palabra de Valeria Durán. Bien secundada por Esteban Prol, Cesar repasa la trayectoria de la Durán y porque no, la suya propia.

Yo no envejecí, las que envejecieron fueron las películas, dice Gloria Swanson en el emblemático filme Sunset Boulevard. Allí, la Swanson es Norma Desmond, una diva del cine silente retirada que se cruza de casualidad con un escritor con quien vive situaciones amorosas y policiales.

Similares en muchos puntos, Interviú comparte con el filme de Wilder, una mirada retrospectiva y amorosa sobre el cine y sus glorias. Y está muy bien que así sea.