El amor después del amor

Por Silvia Sánchez

Se acaba de re-re-estrenar, la pieza de Javier Daulte ¿Estás ahí?, ahora en un teatro comercial.

Él y ella. Ella y él. Y él. Se acaba de re-re- estrenar, la pieza de Javier Daulte ¿Estás ahí?, ahora en un teatro comercial (al igual que sucedió con Nunca estuviste tan adorable) y en una ciudad empapelada con los rostros de sus dos protagonistas: Gloria Carrá y Héctor Díaz.

Multipremiado y multiestrenado, Daulte es uno de los dramaturgos más interesantes, prolíficos y sensibles del teatro de estos días. ¿Estás ahí? fue originalmente estrenada en su primera versión de un único personaje masculino y en lengua inglesa en el Old Vic Theatre de Londres con dirección del autor en el Festival Fronteras 02. En mayo de 2003 ese montaje fue nuevamente presentado en el Blue Elephant Theatre de Londres. Por dos años se representó en Buenos Aires, en el Teatro Nacional Cervantes y en el Teatro Del Pueblo, con elogios de la prensa, apoyo del público y gran cantidad de premios obtenidos y ahora vuelve -hinchada de orgullo- a la calle Corrientes.

La obra transita el tópico del amor en esa tensión daulteana entre lo viejo y lo nuevo: una joven pareja decide formalizar su relación (y aquí el autor atrasa su reloj y pone en escena una situación -al menos- con menos tránsito en estos tiempos) y a la vez el desencuentro (“el amor es el lugar del desencuentro”, anunciaba Alejandra Pitzarnik mucho antes que la palabra posmodernidad sonara con bombos y platillos) se hace presente como principio dramático fundamental.

“Cuando está ahí, cuando lo tenés adelante, el amor es imposible...Uno solo ama al que estuvo, no al que está…()…solo con la distancia, lejos de lo cotidiano y la convivencia, se permite la fantasía, la idealización, la invención de un ser hecho a la medida e inmutable, y quizá precisamente por eso, objeto de amor”, afirma –teorizando acerca del amor y sus posibilidades- el autor y director.

La obra cuenta la relación entre Francisco y Ana, una pareja que decide convivir en una casa poblada por un fantasma, lo cual modificará el estado de las cosas. Pero esa presencia- ausencia (no se ve, no se toca, pero tira cosas, abre y cierra puertas) no es la única: Ana también será un fantasma que luego de muerta visitará a Fran. Y es allí donde lo desgastado por la convivencia y la cotidianidad se transforma -mágicamente- en algo “adorable”, para robar palabras del diccionario daulteano.

Es allí, en la pérdida, donde el amor aparece vigoroso y dulce pero también, algo irreal. Como afirma nuevamente Daulte “uno tiende a idealizar lo que ya no está al alcance de su mano”. Lo corroído por el trajín se torna así, un paraíso perdido que hace reflexionar al espectador casi sin que se de cuenta.

Daulte -quien ha apelado a los géneros para refuncionalizarlos y hacerlos productivos- utiliza aquí ciertos elementos de la poética del realismo, sin adscribir a ella. Tal como afirma agudamente la investigadora María Florencia Heredia, hay en la pieza una organización de la intriga basada en el tradicional modelo aristotélico de principio, medio y fin, una causalidad explícita, una prehistoria en la presentación de personajes -antes de que Ana ingrese a escena, el lector ya posee un semblante de ella a través de la conversación telefónica que mantiene con Fran-, una extraescena realista, una gradación de conflictos, y la constante apelación a un referente tan cercano como conocido.

Pero no hay en la pieza -y aquí ese coqueteo tan equilibrado que Daulte consigue entre lo viejo y lo nuevo, o para ser más exactos, entre lo normativo que representa el género y lo distinto que él mismo puede decir- una tesis social que corone la historia e imparta lecciones, es decir, no hay una “verdad” absoluta para transmitir.

Así, ¿Estás ahí? es un híbrido con toda la carga positiva que a esta palabra le podamos dar: apela al género pero lo quiebra por dentro y además, introduce elementos tanto del realismo mágico (la convivencia entre vivos y muertos, las diferentes situaciones fantásticas que la pieza propone) como de otras textualidades .

Los tres personajes de la pieza -uno de carne y hueso y dos espectros- se comunican a través de una “pizarra mágica” y este elemento de fuerte referencialidad, acaso condense la tesis -relativista, nunca rotunda, claro está- daulteana: “…en muchos sentidos el ser humano es como la pizarra mágica de la obra, se escribe (inscribe), se borra, y después se escribe (crea) de nuevo, en un proceso de renovación continua”. Un ser que se transforma en objeto amoroso por ser una invención personal, una ilusión, un fantasma.

Con situaciones desopilantes y cargadas de humor, un ritmo preciso y muy buenas actuaciones, ¿Estás ahí? es una desacartonada manera de invitar a pensar porqué creemos tan a rajatablas aquello que Serrat sentenciaba allá lejos y hace tiempo: “no hay nada más amado que lo que perdí”. Una lúcida manera de reescribir al género teatral y al teatro mismo. Y sobre todo, una divertida y menos dolorosa manera de reflexionar acerca de la posibilidad de trastocar la idea de que todo tiempo pasado fue mejor.