Con A Mores en la sangre

Por Fabián D´Amico

Sentido homenaje al maestro Mores en un musical creado por Cecilia Milone.

Creer que la comedia musical en Argentina tuvo su inicio con Pepe Cibrian Campoy, o con el arribo de las grandes producciones de Broadway, sería un grave error. Desde comienzos del siglo pasado, muchas piezas teatrales argentinas adoptaban para relatar parte de sus acciones, canciones; y muchas de las revistas porteñas (único género teatral netamente argentino) necesitaban de cuadros dialogados que dieran tiempo para el armando de las nuevas escenografías de los cuadros musicales. Una de las primeras personas que se preocuparon de unir texto y música con sentido integral dentro de un mismo espectáculo fue Mariano Mores, junto a grandes escritores de esa época como Ivo Pelay. De ahí en más, muchas comedias musicales argentinas surgieron de la mano de Mariano Mores, siendo una de las más emblemáticas y conocidas “El patio de la Morocha”.

Cecilia Milone, confesa admiradora del maestro, en su anterior show, “Morocha y Pasional” abordaba una serie de temas de Mores, pero dentro del contexto de una revista tanguera. Ahora, la cantante y actriz, se enfrenta a un desafío mayor: el de crear un musical en base a las melodías más conocidas del autor.

El musical se conoce como “Amores de tango”, y es un relato simple y lineal, con reminiscencias a los folletines cinematográficos de la década de oro del cine argentino. La morocha, protagonista de la historia, es habitué, junto a celebres figuras de la época, como Homero Manzzi, de un sitio donde se canta y baila tango, llamado “El patio”. Por diversas razones que no viene al caso revelar, la desdichada heroína debe partir a París, donde cosecha logros y triunfos artísticos. Pero como buena porteña de ley, lleva en su sangre el estigma de la nostalgia, la que le impide disfrutar de sus éxitos parisinos, y la llevan a volver a sus raíces. De regreso a su “patio”, nada es como era. La moda, la gente, los hombres, su patio y Buenos Aires han cambiado, y ella, deberá hacer lo mismo.

Con estos clichés, Milone, como autora, arma un musical, que como toda obra perteneciente a este género y creada en nuestras tierras, tiene una dificultad primaria y fundamental: el cuento que se pretende contar. Si bien el relato que se hace de la historia es ameno y cumple con una línea temporal adecuada, el musical pierde su rumbo (y su interés) cuando la intérprete deja de lado el papel, y como Cecilia Milone, realiza sendos monólogos y dialoga con el público, contando anécdotas o brindándole datos biográficos de Homero Manzi o Mariano Mores. Una dicotomía (y mezcla) entre la revista y el musical, que no tiene cabida en el relato de la historia de este musical, ya que las cortinas no las hace el personaje de la morocha, sino la actriz.

Este escollo es salvado y el musical arriba a buen puerto, de manos de Cecilia Milone “interprete”. Cada tema es resuelto de manera visceral. Los versos de cada canción llegan de manera pasional a la platea, la cual ovaciona a telón abierto, cada una de sus interpretaciones. Es que en “Amores de tango” Milone sobrepasa sus condiciones como cantante y brilla como actriz al servicio de cada historia de tres minutos, es decir, en cada canción que interpreta.

Junto a ella, un afiatado elenco de cantantes y bailarines, de entre los cuales se destaca la pareja de baile formada por Daniela Inglese y Javier Marzello, dan marco a este musical, con arreglos musicales y dirección musical de Juan A Pugliano.

Una producción en la cual merece párrafo aparte el maravilloso vestuario de José Luís Ferrando. Lujoso y refinado, viste de manera elegante, tanto a la protagonista, como a cada integrante del elenco. Un detalle no menor, y de gran impacto en el presentación visual del show.

Amores de tango, tiene como mérito mayor (con errores y aciertos) el de reflotar un estilo de teatro musical, tan ajeno a muchas generaciones de seguidores de los musicales. La responsable de este emprendimiento, puede hacerlo, ya que, según dicen los entendidos, las vedettes tienen champagne en la sangre, en cambio LA MILONE tiene A…MORES EN LA SANGRE.